6 meses

Hoy hacen 6 meses desde que llegué a Japón, así que me he propuesto pararme a pensar un poco sobre lo que las experiencias por este país y la vida diaria me han traído y me he puesto a escribir esta lista, sin prepararla mucho, escribiendo lo que me iba viniendo a la cabeza. Seguramente me dejaré muchas cosas, pero (si me acuerdo) ya la completaré con el review dentro de otros medio año ;) ¿Y por qué hago esta lista? Pues en parte porque me gusta reflexionar, es mi vida, es mi blog y quiero hacerlo xD Y por otra parte, para que a aquellos que os guste Japón no penséis que es todo de color de rosa, que también tiene sus partes malas y hay cosas que no gustan. Vamos a ello, a ver que sale: El idioma. Es divertido, interesante y fascinante de aprender. Además, cuando consigues relacionarte en japonés es bastante satisfactorio. El idioma. Porque también es muy frustrante no poder expresarte al igual que lo harías en español o inglés debido a la falta de vocabulario, y cuando consigues hacerlo, es dando mil vueltas y sin poder decir el significado exacto de lo que quieres

Destino

El otro día me dio por pensar… ¿Cuántas de las decisiones que has tomado en la vida las has hecho conscientemente? ¿Has llegado a tu situación actual porque la querías de verdad, o simplemente porque así se han dado las circunstancias? ¿Cuánto control tenemos realmente de nuestra vida? Generalmente vivimos el día a día, se convierte en rutina y lo aceptamos. Pocas son las decisiones que de verdad hay que tener en cuenta. Al final, de todas las decisiones del día a día, pocas tienen importancia. ¿Qué cómo? ¿Qué bebo? ¿Hago esto ahora o hago esto luego? Pero al igual que estas decisiones pueden darnos un estado de libertad limitada, otras decisiones que pueden parecer sin importancia pueden cambiar tu vida para siempre. Como ejemplo, voy a echar mano del no pocas veces recurrido efecto mariposa: Conoces a una persona del día a día. No la ves mucho. No te cae mal, de vez en cuando cambias algunas palabras pero nada del otro mundo. Un día te invita a quedar con otros amigos. ¿Qué haces? Si no vas, pones una excusa y ahí se acaba la historia. Si vas, lo mismo te lo pasas genial y conoces a un montón

Streetwalk en Shibuya

De vez en cuando, en zonas muy cargadas como es el famoso barrio de Shibuya, me gusta hacer este tipo de fotografía, en blanco y negro. Coger la cámara con el gran angular (16-35), poner el enfoque manual a 1,5 metros aproximadamente y hacer fotos desde la cintura, mientras ando. En estos casos no me importa tanto que las fotos no queden enfocadas, nítidas o rectas, sino el resultado en general. Disparar desde la cintura da un punto de vista diferente al que estamos acostumbrado a ver y permite captar el fondo en contra-picado y eso, en el caso de Tokyo es genial, con sus neones y carteles que se extienden hasta el cielo. Hoy os dejo con esta entrada rápida y sencillita, y espero que os guste, porque tengo otra serie de fotos en blanco y negro usando esta técnica ya preparada, pero mucho más personales…

Los rostros del Tengu Matsuri

Como buena serie de Fibonacci, la entrada de hoy es el resultado de la suma de las dos últimas entradas. Y es que, después de hablar del Tengu Matsuri en la celebración del Setsubun y haberla retratado en plan turista (con vídeo incluido), hoy quería aportar otra visión que quise captar en ese evento. Como ya conté, ese día había una especie de procesión en las calles del distrito comercial de Shimokitazawa. Procesión formada por decenas de personas vestidas acordes a la ocasión y algunas incluso disfrazadas para representar al demonio Tengu. Esas personas son las que hicieron posible el festival y hay que decir que algo que me llamó mucho la atención era el ambiente que había. Y no el ambiente en las calles, que también, sino el ambiente y las sensaciones que emanaban dichas personas. Y es que se podía ver en sus caras que disfrutaban con la representación. Algunos concentrados llevando a cabo la tarea que les había sido encomendada, y otros ofreciendo su mejor sonrisa incluso a demonios blancos como yo, venidos de occidente con aparatos embrujados que roban el alma. Y como dije en la entrada anterior, no siempre voy a retratar las calles y

Fotos y fotos

Llevo un tiempo pensando que últimamente (entiéndase meses/años), salvo contadas excepciones, el tipo de foto que hago principalmente se podría catalogar como fotos de viaje o de turismo. No es que me disguste este tipo de fotografía. Para nada. Sin ir más lejos, mi entrada al mundo de la fotografía fue debido a querer inmortalizar y poder recordar mis experiencias de una forma visualmente atractiva, así que se podría decir que ese era mi propósito. Pero luego, por ser un poco culo inquieto y por tener curiosidad por conocer los demás tipos para poder opinar sobre ellos, fui pasando por varias etapas en las que experimenté con retratos, strobist, nocturnas, fotografía de estudio, etc. Aunque me gustaron todos, los tipos de foto que más echo de menos son que curiosamente no me decidí a probar de manera conscente, sino que surgieron naturalmente a la hora de hacer fotos. Uno es la fotografía en blanco y negro, y el otro es el que yo llamo fotografía de detalles. Y muchas veces ambas van de la mano. Recuerdo que a los pocos meses de empezar, antes de abrir este blog (así que esas fotografías no se encontrarán aquí…), algunos amigos llegaron a decirme que había desarrollado un estilo propio

Lluvia

El día que hicimos el hanamón bajo la lluvia acabó convirtiéndose en uno de los días de lluvia más grande que he vivido. Cuando terminamos el hanami nos fuimos a uno de los pubs de la franquicia Hub y después de unas cuantas copas, al salir, llovía a cántaros. Cuando conseguí salir de la estación que tenía cerca de casa, éste que os enseño hoy es el panorama que me encontré. Calles casi desiertas con litros de agua cayendo en cada instante, inundando las calles que prácticamente se habían convertido en ríos en vez de aceras. Sobra decir que cuando empecé a andar (que viene muy bien hoy que andar sea un anagrama de nadar) en algunas zonas el agua me llegaba casi por los tobillos y, por mucho paraguas que llevase, acabé incluso con los pelos mojados. Aún así, pude tomar estas dos capturas, desde la boca del metro y desde debajo del toldo de un súper en el que me paré a comprar algunos fideos… A mí personalmente me gustan mucho este tipo de paisajes, ¿y a ti, te gustan los días lluviosos? Porque señores… este invierno está siendo un poco largo, ¿no?

Sonrisas en Akihabara

Fue en mi primera salida por Akihabara una vez llegado a Japón. Para saberlo no hay más que ver la fecha de la foto, 2 de Enero de 2013. Bajaba a este famoso famoso lugar cuya estación tiene el llamativo nombre de Electric Town, con el afán de conseguir el portátil que estaba buscando, pues me sentía aún un poco manco sin mi herramienta habitual para todo. Con más mala suerte que otra cosa conseguí encontrar la buscada tienda pero resultó que estaba cerrada debido a vacaciones de Navidad. La única tienda que realmente me interesaba en estos momentos, oculta al final de un pasillo de mala muerte escondido bajo unas vías de tren, tendría que ser probablemente la única en todo Japón que cerraba por Navidad. No tenía nada mejor que hacer, así que aprovechando que llevaba la cámara después de haber visitado un rato el templo de Asakusa me dispuse a dar una vuelta, a hacer tiempo para que las luces de los carteles de neón me saludasen y me dijesen lo muy espectacular que pueden llegar a ser estas calles tras el atardecer para un amante de las ciudades que transpiran vida nocturna. En una de esas vueltas

Gran nevada en Tokyo

El día 14 de Enero fue fiesta en Japón. Era el día de la mayoría de edad (成人の日 – seijin no hi), en el cual se celebra una ceremonia para los japoneses que han cumplido 20 años. Se suponía que iba a ser un día donde podría ver japonesas que visten en kimono para la ocasión y tener fotos chulas, pero en vez de eso, cuando me desperté preparado para bajar al centro con la cámara, ya desde la cama escuchaba algo raro en la calle. Era el sonido del tráfico sobre asfalto mojado. Mala señal. Si llovía no iba a poder hacer las fotos que tenía pensadas… Y por si fuese poco, cuando miré por la ventana, veía la nieve caer. La primera reacción fue la de «mierda, me he quedado sin fotos«. La segunda fue la de ponerme algo de abrigo y subir a la azotea a hacer alguna foto xD Dicho y hecho, con todas las dudas del mundo me vestí y tomé fotos de la calle. Al fin y al cabo era la primera vez que veía nevar en Tokyo. Así que ni corto ni perezoso, cogí la cámara, le enfundé el 50mm y la envolví