Primera gran nevada de 2014

Cualquiera que este dentro de alguna red social habrá visto fotos de esto ya seguramente, ya que tanto instagram, twitter, Facebook… todo esta plagado estos días de fotos de Japón nevado. Además, es bien sabido que este blog no va de novedades precisamente :P El caso es que el viernes me decían por LINE y twitter que este fin de semana iba a nevar, pero visto los resultados de los últimos anuncios por parte de la predicción meteorológica de aquí, yo estaba con una postura un poco incrédula. Siempre dicen que va a nevar pero nunca veo ni un copo de nieve. Bueno, realmente esta vez no me ha sorprendido tanto porque ya nevó un poco la semana pasada, pero el sábado cuando me desperté por la mañana con un mensaje de LINE que decía «おはよう!雪が降ってる!» (Buenos días, está nevando!) al asomarme por la ventana pude ver como estaba todo blanco. No es que hubiese demasiada nieve como se puede ver en las fotos (que están tomadas el sábado por la mañana), pero había lo suficiente como para dejarlo todo blanco. Éstas que os enseño son las fotos del trayecto de mi casa a la estación, pasando un momento por

Kichijoji (吉祥寺)

Kichijôji es uno de los barrios de Tôkyô que es popular pero a la vez es prácticamente obviado por guías turísticas, visitantes, etc. Está situado en la ciudad de Musashino, a tan solo 17 minutos al oeste de Shinjuku en la línea Chûo, y es una de las dos paradas junto a Mitaka que podemos usar para ir al Museo del Estudio Ghibli o al parque Inokashira. Es un barrio con muchas tiendas pequeñas (aunque ahora también hay un centro comercial delante de la estación), y está lleno de lugares de entretenimiento, locales con escenarios, estudios musicales donde tocan grupos que están empezando, y en general mucha gente joven. A primera vista se ve un lugar pequeño y tranquilo, pero se ha ido haciendo tan popular que últimamente tiene un pequeño problema de masificación, con lo que ha perdido un poco de encanto, según me contaba una amiga que vive ahí. Pero a mí lo que primero me llamó la atención es la calle con la que te encuentras al salir por el sur de la estación, y es la protagonista de las fotos de hoy. Es una calle digamos única en el barrio, porque luego las demás son más

Los jardines del palacio imperial

Hace justo una semana, el 23 de Diciembre, fue el 80 cumpleaños del actual emperador de Japón, Akihito. Este día es fiesta nacional, pero a cambio, por aquí se trabaja el día 25 de Diciembre. En este día además, el emperador suele salir al balcón y dirigirse a los ciudadanos que hayan ido a verle dar un discursito. Yo, como no podía ser menos… no iba a madrugar para ir ;) … pero a cambio sí que fui para dar una vuelta por los jardines del Palacio Imperial. Al llegar lo primero con lo que me encontré fue con un montón de coches oficiales, cada uno con la banderita de su país, de los diplomáticos que imagino que habrían ido a felicitar al Emperador en nombre del país al que representan. Lo primero que pensamos es que probablemente a España ni la hubiesen invitado xD Tras pasar un pequeño control (donde por ejemplo me hicieron encender la cámara para ver que el objetivo fuese un objetivo de verdad y no un rifle de francotirador o algo por el estilo) pudimos pulular por libre en la zona abierta al público del jardín, la zona este. Sinceramente, para una persona que venga

Tokyo Hotaru

Hace ya un tiempo tuve la oportunidad de asistir a un evento llamado Tôkyô Hotaru (luciérnagas de Tôkyô) consistente básicamente en lanzar al río principal de Tôkyô miles de bolitas de luz azul por la noche creando un efecto visual muy llamativo. Como siempre en Japón, aunque el evento se realice en un lugar público como los alrededores del río, este espacio se reserva para la ocasión y si quieres un buen lugar tienes que pagar por ello! Por supuesto el mejor lugar (zona oeste) estaba lleno desde un principio, y yo acabé en la zona este, donde la Sky Tree quedaba fuera del encuadre de las fotos (a mi espalda básicamente). Aún así, las vistas del río Sumida lleno de luces azules era algo digno de ver. A diferencia de mis planes iniciales, que eran ir yo solo, con el trípode, y coger buen sitio desde una hora temprana de la tarde, a pocos días del evento una amiga me invitó a ir con ella y otras dos amigas… y eso es algo que no se puede rechazar. La contrapartida de ese plan es lo que pasa siempre cuando vas a hacer fotos con gente que no las hace:

Después del tifón

Desde ayer solo se hablaba del tifón #18, que se supone que llegaba a Japón y concretamente a Tôkyô hoy. Cuando me desperté es verdad que había mucho viento y llovía de lado, pero para nada era lo que yo me esperaba digno de un tifón que ya tenía ganas de ver/vivir. Me dijeron que pegaría fuerte por la tarde/noche, pero a eso de media mañana ya leía que se desviaba, con lo que al final me quedé con las ganas. Es verdad que en otros lugares de Japón se han producido algunas inundaciones, han puesto alertas por riesgo de desbordamiento de ríos demás peligros, pero en Tôkyô aparte de retrasar todos los trenes y cancelar vuelos en los aeropuertos como ha pasado, creo que no se produciría ningún altercado, ¿no? (en serio mamá, estaré bien :P) En Japón hay un dicho que dice lo siguiente más o menos: «Después de un tifón el tiempo es genial» y que razón tienen! Por donde yo vivo desde antes de comer ya empezaba a clarear, y a la hora del atardecer se podía ver un cielo como el que os enseño hoy. Instagram se ha llenado de este tipo de fotos, en

Vida en Ameyoko (アメ横)

Al lado de las vías de la Línea Yamanote entre las paradas de Okachimachi y Ueno hay una calle comercial bastante viva llamada Ameyoko (アメ横), cuyo nombre no es más que la forma corta de referirse a Ameya Yokocho (el callejón de las tiendas de dulces) ya que tradicionalmente se vendían ahí. Además, Ame puede referirse a América (Estados Unidos), y en este lugar se podían encontrar muchos productos procedentes de ahí en los años siguientes a la Segunda Guerra Mundial, pero en forma de mercado negro. Actualmente esta calle es famosa por los buenos precios que se pueden encontrar en sus tiendas. Pero hoy, en vez de hablar de lo que es esta calle, quería hablar de cómo es. Y como ya estáis viendo tras la segunda foto, además de ser una zona comercial, es una zona de bares, izakayas y sobre todo puestos de yakitori con mesas puestas fueras de los locales, en la calle, al más puro estilo español. ¿Y por qué esto me llama la atención como para hablar de ello aquí? Primero, porque no es tan frecuente ver este panorama aquí en Tôkyô. Los izakayas suelen estar siempre dentro de los locales. Sin embargo aquí,

Gokokuji

Gokokuji (護国寺) es el templo que da nombre a la estación de metro que más cerca tengo de casa. Por ello mismo y aprovechando que era época de florecimiento de cerezos, al poco de mudarme decidí darme un paseo por los alrededores. Fue establecido en 1681 por el quinto Shôgun Tokugawa Tsunayoshi, que se lo dedicó a su madre. Este templo budista, de la rama del Budismo Shingon, es famoso por haber resistido a los bombardeos aéreos sobre la ciudad de Tokyo durante la Segunda Guerra Mundial. Antes de entrar al recinto, se puede ver que es bastante grande para encontrarse en medio de la ciudad, y al entrar, además de poder ver un pequeño parque de estilo japonés, se puede ver una espectacular entrada que parece una escalera al cielo: Además, los detalles de los tejados, flores, estatuas y demás elementos que hay en el entorno, son bastante bonitos dando un ambiente de templo de película a la entrada tal y como se puede ver. Una vez subimos las escaleras nos encontramos con el edificio principal del templo que podemos ver en la foto que encabeza la entrada, y con la estatua de este buda bajo los cerezos en

Mi nueva ciudad

Tôkyô, 東京, Capital del Este. 13.572 km2 divididos en 23 distritos con más de 13 millones de habitantes. Poco a poco voy notando que se va convirtiendo en mi nueva ciudad. Cada día la puedo sentir un poquito más mía. Hace unos años salí de Málaga para irme a Barcelona y allí estuve más o menos 3 años viviendo. Aunque me gustó como lugar y el hecho de estar en una ciudad más grande me mostró nuevos horizontes, nuevas personas (y algunos viejos conocidos), más eventos, más cultura… nunca sentí que fuese mi ciudad. Barcelona era una ciudad prestada. Vivía y trabajaba allí. Hacía mi vida cotidiana, iba y venía, visitaba sus alrededores. pero nunca la terminé de adoptar como mía. ¿Era feliz? Es posible, pero no especialmente por la ciudad. Por supuesto, significó un cambio a mejor viniendo desde una ciudad más pequeña como era Málaga, pero nunca fue algo que llegase a considerar especial, por muchos edificios emblemáticos que tuviese. Aquí sin embargo las sensaciones son distintas. Por mucha barrera que haya, idiomática, cultural… hay detalles del día a día hacen que quiera quedarme aquí indefinidamente. El contraste de los grandes edificios, sus aglomeraciones, zonas donde miras hacia arriba y casi