De noche desde la Sky Tree Tôkyô, 東京, Capital del Este.
13.572 km2 divididos en 23 distritos con más de 13 millones de habitantes.

Poco a poco voy notando que se va convirtiendo en mi nueva ciudad. Cada día la puedo sentir un poquito más mía. Hace unos años salí de Málaga para irme a Barcelona y allí estuve más o menos 3 años viviendo. Aunque me gustó como lugar y el hecho de estar en una ciudad más grande me mostró nuevos horizontes, nuevas personas (y algunos viejos conocidos), más eventos, más cultura… nunca sentí que fuese mi ciudad.

Barcelona era una ciudad prestada. Vivía y trabajaba allí. Hacía mi vida cotidiana, iba y venía, visitaba sus alrededores. pero nunca la terminé de adoptar como mía. ¿Era feliz? Es posible, pero no especialmente por la ciudad.

Por supuesto, significó un cambio a mejor viniendo desde una ciudad más pequeña como era Málaga, pero nunca fue algo que llegase a considerar especial, por muchos edificios emblemáticos que tuviese. Aquí sin embargo las sensaciones son distintas.

Por mucha barrera que haya, idiomática, cultural… hay detalles del día a día hacen que quiera quedarme aquí indefinidamente. El contraste de los grandes edificios, sus aglomeraciones, zonas donde miras hacia arriba y casi no ves el cielo, con zonas completamente familiares, plagadas de casitas bajas, arbolitos y jardines; pequeños pasillos por donde no cabe un coche pero que te llevan a zonas habitadas…

Hasta ahora os he mostrado más o menos la zona de los grandes edificios, pero tengo muchas ganas de enseñaros también mi barrio para que entendáis lo que os explico debidamente :)

Respecto a la gente… es verdad que es difícil conocerla y hacer nuevos amigos, porque aquí cada uno tiene su vida y si lo piensas, en tu ciudad no te paras a preguntarle a un presunto turista si quiere ser tu amigo. Aún así, he de decir que he conocido a muchísima gente y, aunque Tôkyô tenga fama de tener habitantes fríos, puedo decir que no es así. Al fin y al cabo son personas como todos nosotros.

Podría decirse, y de hecho se dice, que la gente de Kantô (la región de Japón dónde está Tôkyô) es como la gente del norte de España, mientras que la gente de Kansai (dónde se encuentra Ôsaka y Kyotô) es más como Andalucía.

Aún así, hay cosas como cuando te apartas en una calle estrecha para dejar pasar a una señora mayor con bicicleta, y que ésta te haga una pequeña reverencia con la cabeza en señal de agradecimiento. Estos detalles probablemente sean los que me hacen salir cada día con una sonrisa en la cara.

Así que solo me queda decir que espero que esta ciudad termine de aceptarme, aunque sea poquito a poco, y me haga parte de ella al igual que se está convirtiendo en parte de mí.