Y la dejaste ir

Bien, solo necesitas la luz cuando se está consumiendo, solo echas de menos el sol cuando empieza a nevar, solo sabes que la quieres cuando la dejas marchar. Solo sabes que has tenido una buena racha, cuando te sientes de bajón. Solo odias la carretera cuando echas de menos tu hogar, solo sabes que la quieres cuando la dejas ir. Y la dejaste ir. Mirando fijamente el fondo de tu vaso, esperando el día en que hagas que tu sueño dure, pero los sueños tardan en llegar y se van rápido. La ves cuando cierras los ojos, tal vez un día entenderás por qué todo lo que tocas se muere. Mirando fijamente al techo en la oscuridad, el mismo sentimiento viejo y vacío en tu corazón porque el amor tarda en llegar y se va rápido. Bien, la ves cuando te quedas dormido, pero nunca para acariciar y nunca para quedarse, porque la quisiste demasiado y te sumergiste demasiado.

En la noche de Odaiba

Brisa nocturna que acaricia la piel. Tranquilidad absoluta en el caos de la gran ciudad. Sonrisa cómplice en la bahía de Tokyo. Deslumbrado en la oscuridad de la noche. Una vida en un instante. Y aún así, no hay nada…