Tokyo Sky Tree II: Tokyo nocturna

Una ciudad como lo es Tôkyô no se puede observar en su totalidad sin una vista aérea donde se vea en toda su magnitud, donde los edificios se pierdan en el horizonte, donde el tan solo mirar por la ventana te haga sentirte insignificante ante el vasto panorama. Ya que el otro día enseñaba la torre más alta de Tôkyô, la Sky Tree, hoy os enseño un poco las vistas que hay desde sus miradores. Concretamente lo que se ve, por ejemplo, en la foto sobre estas lineas, es el río Sumida (el principal de la ciudad), la tradicional zona de Asakusa abajo a la derecha, y la gran zona de rascacielos al fondo, Roppongi, junto a la Torre de Tôkyô a la izquierda. A medida que subimos por la torre podemos ver la impresionante ciudad desde otra perspectiva. Y es que al igual que la Torre de Tôkyô, la Sky Tree tiene miradores a dos alturas diferentes. Mientras el primero está a 350 m. el segundo nos sitúa en los 450 m. de altura. A diferencia de la primera, la Sky Tree, por ser considerada aún una novedad, se necesita día y hora para subir (por el uso del

Tokyo Sky Tree

Hace bastante tiempo que ando por aquí y sin embargo aún no he hablado de uno de los símbolos de Tôkyô, aunque lo haya visitado al poco de llegar. Y ese símbolo no es otro que el edificio más alto de la ciudad, con 634 metros de altura (casi el doble que la famosa Torre de Tôkyô), la llamada Sky Tree. A medida que nos acercamos nos vamos dando cuenta de la magnitud de la torre, que queda de maravilla con un canal y algunos almendros en flor, ya que es la época (y ya mismo será también época de cerezos y hanamis). Y si vamos a la Sky Tree desde Asakusa, podemos pasar por calles típicas de Japón como la de la siguiente foto. Y para sacar fotos como la siguiente panorámica, con este punto de vista… a ver si alguien adivina lo que tuve que hacer ;) Por otras zonas pude encontrar este parquecito que me llamó la atención, porque quedaba mono, así que aproveché y le hice la foto de rigor con la torre de fondo ;) Un detalle de la parte superior (que va desde los 350 metros hasta los 634 metros, aunque no lo parezca)

Tokyo Hotaru

Hace ya un tiempo tuve la oportunidad de asistir a un evento llamado Tôkyô Hotaru (luciérnagas de Tôkyô) consistente básicamente en lanzar al río principal de Tôkyô miles de bolitas de luz azul por la noche creando un efecto visual muy llamativo. Como siempre en Japón, aunque el evento se realice en un lugar público como los alrededores del río, este espacio se reserva para la ocasión y si quieres un buen lugar tienes que pagar por ello! Por supuesto el mejor lugar (zona oeste) estaba lleno desde un principio, y yo acabé en la zona este, donde la Sky Tree quedaba fuera del encuadre de las fotos (a mi espalda básicamente). Aún así, las vistas del río Sumida lleno de luces azules era algo digno de ver. A diferencia de mis planes iniciales, que eran ir yo solo, con el trípode, y coger buen sitio desde una hora temprana de la tarde, a pocos días del evento una amiga me invitó a ir con ella y otras dos amigas… y eso es algo que no se puede rechazar. La contrapartida de ese plan es lo que pasa siempre cuando vas a hacer fotos con gente que no las hace:

Mi nueva ciudad

Tôkyô, 東京, Capital del Este. 13.572 km2 divididos en 23 distritos con más de 13 millones de habitantes. Poco a poco voy notando que se va convirtiendo en mi nueva ciudad. Cada día la puedo sentir un poquito más mía. Hace unos años salí de Málaga para irme a Barcelona y allí estuve más o menos 3 años viviendo. Aunque me gustó como lugar y el hecho de estar en una ciudad más grande me mostró nuevos horizontes, nuevas personas (y algunos viejos conocidos), más eventos, más cultura… nunca sentí que fuese mi ciudad. Barcelona era una ciudad prestada. Vivía y trabajaba allí. Hacía mi vida cotidiana, iba y venía, visitaba sus alrededores. pero nunca la terminé de adoptar como mía. ¿Era feliz? Es posible, pero no especialmente por la ciudad. Por supuesto, significó un cambio a mejor viniendo desde una ciudad más pequeña como era Málaga, pero nunca fue algo que llegase a considerar especial, por muchos edificios emblemáticos que tuviese. Aquí sin embargo las sensaciones son distintas. Por mucha barrera que haya, idiomática, cultural… hay detalles del día a día hacen que quiera quedarme aquí indefinidamente. El contraste de los grandes edificios, sus aglomeraciones, zonas donde miras hacia arriba y casi