Este atardecer es otra de las fotografías que están hechas en el momento justo. Está tomada desde el mismo sitio que el amanecer que abría el blog con la primera entrada, y digo que está hecho en el momento justo, porque fue proponerme la idea de subir a la azotea y nos encontramos con esta preciosa vista.
Si llegamos a subir un poco antes, habríamos tenido que esperar, y si llega a ser un poco después, se habría pasado el momento.
Además, las nubes le dan una textura al cielo que realmente me gusta, y los colores de las últimas luces del día tintan el cielo de una manera espectacular.
Para tomar estas fotos, simplemente montar el trípode, colocar la cámara con el 24-70 a 24 mm. (en vertical para tener mayor ángulo, ya que las fotos se unirán horizontalmente) y disparar girando el eje horizontal, de manera que se solapen lo suficiente como para que después no haya problema al unirlo con algún programa.
Sobre la configuración de la cámara, ponerla en el modo de prioridad de abertura (Av para Canon), para que no varíe la profundidad de campo y que nos calcule automáticamente la exposición adecuada para cada parte de la foto. Otra opción es ponerlo en modo manual para que la iluminación sea la misma en todas las partes, aunque la zona más alejada del sol saldrá más oscura.
La abertura que yo usé era f/8 y f/10: Lo suficientemente cerrado para una buena profundidad de campo, pero algo abierto para poder captar bien las luces de los coches que pasaban, si es que no se busca el efecto estrella en las farolas (que se consigue cerrando totalmente a f/22).
Las dos panorámicas están tomadas con una diferencia de 3 minutos, y se puede observar claramente que la segunda es bastante más oscura que la primera, lo cual indica que si hubiese llegado cinco minutos tarde, habría perdido la magia del momento ;)
Generalmente estas fotos se obtienen con cierta planificación: Decir que cierto día vas a estar en tal sitio a cierta hora, llegando con algo de adelanto para prepararlo todo y captar el momento, tomando varias tomas para asegurarte. Esto implica el madrugar mucho si es un amanecer, o no hacer planes por la tarde para pillar el atardecer. Aún así por mucho que planifiques el momento, siempre puede ocurrir que esa tarde el cielo no sea bonito porque no haya nubes, los colores no sean maravillosos como los que viste el otro día, o simplemente se ponga a llover.
Otras veces como en ésta, se llega, se monta, se hace las fotos, y en 20 minutos te vas. Veni, vidi, vici.