Nakano Nights

Un amigo me dijo una vez que Nakano era el mejor lugar para vivir en Tokyo. Y yo, a falta de una mejor experiencia con la que rebatir esa afirmación, coincido con él. Por supuesto, te tiene que gustar este tipo de zonas, pero es un barrio donde tienes de todo, tanto para disfrutar como para llevar una vida cómoda en el día a día. Tiene un shotengai o calle comercial, un centro comercial de 4 pisos al más puro estilo Akihabara, un parque genial con terracitas donde quedar con los amigos, comer o incluso hacer barbacoas; piscina pública, sakuras, karaokes, maid cafes, varios supermercados, conbinis y todo tipo de tiendas, incluyendo un Don Quijote. Y mi parte preferida, la calle de los izakayas. Desde hace bastante, prácticamente desde casi que me mudé a este barrio hace ya más de un año, tenía ganas de hacer fotos nocturnas de esta calle de los izakayas. Básicamente porque tiene la atmósfera que siempre busco en Japón, con calles iluminadas con neones, al más puro estilo Shinjuku pero mucho más acogedor, con bares abiertos, humos de comidas cocinadas a la plancha, transitadas por gente con la mentalidad de pasárselo bien antes de volver a casa en el último tren –o ser batidos por

… viene la calma

¡O eso espero! ¡ Qué el refrán del título sea verdad! Porque ya hace más de dos meses que no doy señales de vida, pero sigo vivo! Hoy escribo algo bastante más personal de lo estoy acostumbrado, pero después de las cosas que han pasado, en parte tengo ganas de hacerlo. El motivo ha sido un mes en el que me he encontrado bastante desganado para hacer cualquier cosa, con lo que no tenía ganas de escribir por aquí, más otro mes en el que poco a poco he ido recuperando las fuerzas (literalmente) y me han ido entrando ganas de hacer todas las cosas que no hice en el primer mes, resultando en no tener tiempo para escribir por aquí. Y todo debido a un trágico día en el que empecé a encontrarme mal y eché hasta la primera papilla debido al dolor, acabando en una ambulancia camino del hospital mientras se me paralizaban los músculos del cuerpo por culpa del dolor :) Suena bien, verdad? Bueno, lo mejor es que ante la falta de darme un diagnóstico certero, me operaron de lo que creían que podía ser la causa (apendicitis), pero según me he ido encontrando después creo que

12 meses

No me termina de gustar el publicar en un domingo, pero hoy es un poco especial. Hoy hace un año que llegué a Japón, por lo que algo tenía que decir por aquí, ¿no? Como es una fecha un poco especial, he pensado que podría completar con algunos puntos el listado que hice a los seis meses de llegar aquí, sobre cosas que voy encontrando acerca de Japón… Ya que no voy a repetir los puntos de a otra vez, echadle un vistazo al listado anterior para verlos todos, porque aparte de esos, no he visto muchas más cosas nuevas que añadir, pero bueno, allá van: Como dije aquí cuando en una de las veces que fui a Enoshima, me regalaron un pase diario para el Enoden porque ya no lo iban a usar más, ahorrándome lo que vale, que no es poco. Esa acción es digna de un másmola para esta lista. Desde hace un tiempo, cuando paseo por la calle y me voy cruzando con personas, algunas veces me gusta mirara la cara, a sus ojos. Aquí en Japón, antes incluso de que haya ningún contacto visual, como si lo intuyeran o por ser extranjero, hacen como que miran para

Private Shot Bar

En el momento que escribo esto, acabo de llegar a casa. Es raro que me ponga a escribir una entrada justo después de venir de hacer fotos, nada más llegar a casa, sin siquiera descargar las fotos de la cámara, sin arreglar el cuarto que está patas arriba… pero es que no quiero olvidarme de esto que quiero compartir con vosotros. Después de una tarde más bien cansada (por llevar todo el equipo de fotografía: cámara, tres objetivos y trípode) y poco productiva, por no haber sacado buenas fotos, o al menos no las que tenía en mente. Después de una tarde solitaria (que es, según mi opinión como mejor se sacan las fotos: tranquilo, a tu rimo, y sin preocuparte de que nadie que te acompañe mientras haces fotos se pueda aburrir) haciendo fotos para poder enseñaros la iluminación navideña de algunos lugares de Tokyo, llego a casa por fin. Y es que algunas veces se sale a pasear solo muy a gusto, pero otras lo único que provoca esta soledad es querer cortarse las venas, sobre todo cuando vas a tomar fotos a una de las calles más empalagosas, rodeado de parejas entre las luces de Navidad. Todo

Mitama matsuri II

Como comentaba el otro día, cuando fui al Mitama matsuri en el templo Yasukuni, fui exclusivamente a hacer fotos, con todo el equipo y demás parafernalia, con lo cual siempre es un poco pesado pero me gusta pensar que al final merece la pena por el resultado. El caso es que al ir a hacer fotos, iba solo, sin haber quedado con nadie y aún así, fue un día con una gran actividad social, y eso es lo que quiero contar hoy (véase el tono de la entrada con fotos en blanco y negro :P) Generalmente, una de las cosas que suelo decir aquí en Japón es que (siempre basado en mi experiencia personal), imagino que por ser una ciudad grande, la gente va a lo suyo y no es fácil relacionarse con desconocidos de buenas a primeras (salvo eventos, fiestas y contadas ocasiones)… Pero este día me pasó algo curioso. Pese a que no era la persona más accesible del mundo por ir cargado con: la cámara, la bolsa de la cámara donde guardo el otro objetivo, la funda del 70-200 colgada del cinturón y el trípode… se acercó a hablar conmigo bastante gente. Con la excusa de que

Viajando gratis en el Enoden

El otro día, en la estación de Kamakura, una señora mayor nos dio 2 billetes del EnoDen (el tren que va a Enoshima) que servían para todo el día. Por lo visto es algo que se hace de vez en cuando, pero a mí no dejó de sorprenderme ya que era la primera vez que me pasaba. Gebte como ellos que ya no lo van a usar más, se lo dan a jóvenes que ven en las taquillas para comprar billetes, así se lo ahorran. Un buen acto desinteresado, ¿no? ¿Alguna vez os ha pasado esto en España o en otro lado? O aunque no haya pasado, ¿escucharlo? A mí no, y por ello lo añado a la lista de cosas que molan de Japón :) Eso sí, habrá que continuar la cadena de favores cuando se de la oportunidad ^_^

6 meses

Hoy hacen 6 meses desde que llegué a Japón, así que me he propuesto pararme a pensar un poco sobre lo que las experiencias por este país y la vida diaria me han traído y me he puesto a escribir esta lista, sin prepararla mucho, escribiendo lo que me iba viniendo a la cabeza. Seguramente me dejaré muchas cosas, pero (si me acuerdo) ya la completaré con el review dentro de otros medio año ;) ¿Y por qué hago esta lista? Pues en parte porque me gusta reflexionar, es mi vida, es mi blog y quiero hacerlo xD Y por otra parte, para que a aquellos que os guste Japón no penséis que es todo de color de rosa, que también tiene sus partes malas y hay cosas que no gustan. Vamos a ello, a ver que sale: El idioma. Es divertido, interesante y fascinante de aprender. Además, cuando consigues relacionarte en japonés es bastante satisfactorio. El idioma. Porque también es muy frustrante no poder expresarte al igual que lo harías en español o inglés debido a la falta de vocabulario, y cuando consigues hacerlo, es dando mil vueltas y sin poder decir el significado exacto de lo que quieres

Mi nueva ciudad

Tôkyô, 東京, Capital del Este. 13.572 km2 divididos en 23 distritos con más de 13 millones de habitantes. Poco a poco voy notando que se va convirtiendo en mi nueva ciudad. Cada día la puedo sentir un poquito más mía. Hace unos años salí de Málaga para irme a Barcelona y allí estuve más o menos 3 años viviendo. Aunque me gustó como lugar y el hecho de estar en una ciudad más grande me mostró nuevos horizontes, nuevas personas (y algunos viejos conocidos), más eventos, más cultura… nunca sentí que fuese mi ciudad. Barcelona era una ciudad prestada. Vivía y trabajaba allí. Hacía mi vida cotidiana, iba y venía, visitaba sus alrededores. pero nunca la terminé de adoptar como mía. ¿Era feliz? Es posible, pero no especialmente por la ciudad. Por supuesto, significó un cambio a mejor viniendo desde una ciudad más pequeña como era Málaga, pero nunca fue algo que llegase a considerar especial, por muchos edificios emblemáticos que tuviese. Aquí sin embargo las sensaciones son distintas. Por mucha barrera que haya, idiomática, cultural… hay detalles del día a día hacen que quiera quedarme aquí indefinidamente. El contraste de los grandes edificios, sus aglomeraciones, zonas donde miras hacia arriba y casi