Después de algo más de un año en la fotografía, por fin tuve la oportunidad de fotografiar fuegos artificiales, dado que por un motivo o por otro, siempre me surgía algo y no podía hacerlo.

Podemos pensar, como yo hasta hace poco, que fotografiar fuegos artificiales puede ser muy fácil, pero no es así… al menos si nunca lo hemos hecho y no sabemos dos o tres detallitos que voy a comentar a continuación.

¿Cómo fotografiar fuegos artificiales?

Antes de nada, debemos de informarnos del lugar desde donde van a salir, hacia donde se lanzan y cuales son los posibles mejores sitios para verlos bien y tener una buena vista de los alrededores, ya que hacerle la foto a las luces en sí se puede hacer desde casi cualquier sitio apuntando al cielo, pero si queremos una buena foto, lo bonito es que las luces estén rodeadas por un entorno a la altura.

Si tenemos varios días de fuegos artificiales, como fue mi caso en unos festivales, podemos probar a hacer las fotos desde un sitio cada vez, y si no, deberemos elegir bien el lugar donde nos posicionaremos, ya que condicionará mucho el resultado final.

A la hora de elegir el lugar, no solo tenemos que fijarnos en la panorámica resultante, sino también, si podemos, en saber hacia donde va el viento, ya que si viene hacia nosotros el humo resultante de los fuegos tapará la foto y después de los primeros 30 segundos los fuegos estarán mezclados con el humo y no queda para nada bien (lo digo por experiencia, ya que el tercero de los días que fui a ver unos fuegos fue el mirador oficial del pueblo con unas vistas espectaculares y solo vi humo… aunque creo que desde cualquier sitio se habría visto así, ya que el humo se adentraba varias manzanas dentro del pueblo).

Una vez tenemos preparado el equipo y el sitio cogido y guardado, con precaución de que no tengamos cabezas delante, ni gente que le pegue patadas al trípode (sí claro, el trípode es obligatorio) podemos configurar la cámara con unos valores básicos (que luego iremos modificando sobre la marcha) como los siguientes:

• ISO 200
• Apertura f/8.0
• 4 segundos de velocidad de obturación

Con estos valores podemos hacer muchas de las fotos, pero iremos modificando la apertura y la velocidad según el tipo de fuegos que veamos salir:

Si los fuegos son muy brillantes quemarán la foto y si no tienen mucha fuerza (como las palmeras) no se verán bien. Para solucionar esto podemos cerrar o abrir el diafragma respectivamente (oscilará entre 5.6 y 8.0 generalmente).

Si la estela de los fuegos es muy larga o se nota mucho el viento, podemos acortarla subiendo la velocidad de obturación hasta 2 segundos. Esto también evitará fotos quemadas, no porque coja menos luz de cada fuego, sino porque evitará que los fuegos que se lancen muy seguidos se superpongan en la foto.

Con esta base, tendremos suficiente para sacar alguna que otra foto decente en una noche de fuegos artificales, pero podemos mejorar nuestra experiencia con los siguientes consejos:

Si disponemos de disparador a distancia es muy recomendable usarlo. Ya sea inalámbrico o por cable, evitaremos posibles trepidaciones iniciales a la hora de pulsar el disparador.

La distancia focal que llevaremos dependerá de la distancia a la que nos pongamos de los fuegos. Si nos ponemos en una playa cercana, podemos llevar un 24-70, que seguramente usemos en 35 o 50mm, y si nos ponemos en una montaña o playa más lejana, con un 70-200 haremos todas las fotos.

Aunque nos centremos en los fuegos artificiales y el paisaje que capturemos, está bien tener una referencia de primer plano en las fotos, como las siluetas de las personas en la playa o los barcos como se pueden ver en las fotos de esta entrada. En este caso podemos tener todo enfocado si hacemos uso de la distancia hiperfocal.

Espero que os hayan gustado las fotos de hoy y que los consejos os sirvan en los próximos fuegos artificiales que veais.

Y como siempre y hoy especialmente, se pueden ver los datos EXIF de las fotos haciendo click en ellas.