Este fin de año de 2017 fue uno de los peores que he pasado. No es que desde que haya venido a Japón no haya tenido festividades en solitario, sino que aparte de eso, esta vez le sumé que cogí la gripe. O como se llama aquí, la influenza (de tipo B para ser exactos).
Total, que me pasé desde el 27 de Diciembre hasta el 2 de Enero un pelín chungo, incluyendo 24 horas perdidas del primer día sin salir de la cama con 39 de fiebre (fieshhhta!)
Sin poder haber hecho nada en todas las vacaciones, era normal que estuviese harto de estar en casa. Así que en uno de estos ataques que me da, al igual que cuando me fui a Nagano, el día 4 de Enero cogí y reservé un bus nocturno que salía en 5 horas para Kobe, desde la nueva terminal de buses de Shinjuku. En esas 5 horas, reservé un airbnb (por probar, porque por la poca diferencia de precio, creo que merece más la pena un business hotel de toda la vida), y miré un poco qué podía ver en Kobe.
Así, sin más. Reservar el viaje por la tarde e irme por la noche, sin billete de vuelta, a más de 500 km. de distancia.
Mucha gente se queja de los autobuses nocturnos pero en mi opinión, son super útiles. Si eres capaz de aguantar la incomodidad y dormir un poco en él, estás viajando super barato (2,500 yen vs 14,000+ yen que cuesta el Shinkansen) además de no perder tiempo. No hace falta pasar la noche en ningún hotel (eso que te ahorras extra) y llegas al destino a primera hora de la mañana, perfecto para aprovechar el día. Un café y a correr.
Total, que muy a primera hora llegué. Serían eso así de las 8 de la mañana. Pero estaba todo planeado. Antes de que abriese nada, iría a ver la mega estatua del Testujin 28, o como mejor se conoce en Japón, 28-go (nijûhachi go). Al estar en una plaza al aire libre, no hace falta que esperar a que abra y como es lo único de Kobe que está un poco más retirado hacia el este pues así hago tiempo yendo y volviendo hasta que abra el resto de la ciudad.
Hay que ver que todo el mundo conoce el Gundam de Tokyo que está en Odaiba, pero poca gente conoce este Tetsujin-28. Es como el Mazinger de Tarragona…
En fin. Paseito por la ciudad para situarnos por la estación y alrededores, café y bollo del conbini y a montarnos en el tren dirección Shin Nagata. Perfecto. Sin gente.
Peeero al llegar después de dar algunas vueltas, me hablar uno de los vigilantes que estaban pululando por ahí, y quitando el choque del dialecto de Ôsaka para entenderlo bien (que no me lo esperaba, no sé por qué, si estaba en Ôsaka xD), me comenta que si me espero a las 10 a que abra el centro comercial de al lado, podría sacar la foto desde el segundo piso.
No os voy a mentir. Como podéis ver en estas últimas fotos, me esperé hasta que abriese.
Subí, tomé las fotos y me fui. De vuelta, ruta a ver la cascada de Nunobiki antes de dejar las cosas en el apartamento e irme a comer res de Kobe.
Pero ya si eso, otro día.
Es genial hacer cosas espontaneas!! Molas!!
Una vez al año no hace daño!