6 meses

Hoy hacen 6 meses desde que llegué a Japón, así que me he propuesto pararme a pensar un poco sobre lo que las experiencias por este país y la vida diaria me han traído y me he puesto a escribir esta lista, sin prepararla mucho, escribiendo lo que me iba viniendo a la cabeza. Seguramente me dejaré muchas cosas, pero (si me acuerdo) ya la completaré con el review dentro de otros medio año ;) ¿Y por qué hago esta lista? Pues en parte porque me gusta reflexionar, es mi vida, es mi blog y quiero hacerlo xD Y por otra parte, para que a aquellos que os guste Japón no penséis que es todo de color de rosa, que también tiene sus partes malas y hay cosas que no gustan. Vamos a ello, a ver que sale: El idioma. Es divertido, interesante y fascinante de aprender. Además, cuando consigues relacionarte en japonés es bastante satisfactorio. El idioma. Porque también es muy frustrante no poder expresarte al igual que lo harías en español o inglés debido a la falta de vocabulario, y cuando consigues hacerlo, es dando mil vueltas y sin poder decir el significado exacto de lo que quieres

La señora del obi naranja

El día que fui a hacer fotos al Shin Edogawa kôen, después de dar una vuelta por el lugar, tuve la suerte de encontrarme con esta señora que desprendía paz y tranquilidad en todas las maneras posibles. Llevaba un discreto kimono oscuro pero estaba decorado con un obi de color naranja que me llamó muchísimo la atención. Ese color vivo destacaba con la discreción de su kimono y a la vez hacía juego con el colorido de la naturaleza que había en el parque. Parecía que lo vestía expresa y deliberadamente para este momento. Como ambos estábamos recorriendo tranquilamente el parque, yo haciendo fotos y ella que parecía ser parte del paisaje, tuve la oportunidad de hacerle estas fotos. Después de años haciendo fotos, sigo siendo tímido a la hora de hacérselas directamente a personas, y la mayoría son de espaldas; pero también he de decir, que en este caso y debido al obi, la señora de espaldas me gusta mucho más :)

Mi nueva ciudad

Tôkyô, 東京, Capital del Este. 13.572 km2 divididos en 23 distritos con más de 13 millones de habitantes. Poco a poco voy notando que se va convirtiendo en mi nueva ciudad. Cada día la puedo sentir un poquito más mía. Hace unos años salí de Málaga para irme a Barcelona y allí estuve más o menos 3 años viviendo. Aunque me gustó como lugar y el hecho de estar en una ciudad más grande me mostró nuevos horizontes, nuevas personas (y algunos viejos conocidos), más eventos, más cultura… nunca sentí que fuese mi ciudad. Barcelona era una ciudad prestada. Vivía y trabajaba allí. Hacía mi vida cotidiana, iba y venía, visitaba sus alrededores. pero nunca la terminé de adoptar como mía. ¿Era feliz? Es posible, pero no especialmente por la ciudad. Por supuesto, significó un cambio a mejor viniendo desde una ciudad más pequeña como era Málaga, pero nunca fue algo que llegase a considerar especial, por muchos edificios emblemáticos que tuviese. Aquí sin embargo las sensaciones son distintas. Por mucha barrera que haya, idiomática, cultural… hay detalles del día a día hacen que quiera quedarme aquí indefinidamente. El contraste de los grandes edificios, sus aglomeraciones, zonas donde miras hacia arriba y casi

El monte Fuji al atardecer

Parece mentira que ya hayan pasado más de 5 meses desde que llegué a Japón. ¡Casi medio año! El tiempo pasa demasiado rápido, y a mí se me está yendo todo estudiando kanji. Y en todo este tiempo creo que no he enseñado aún lo que podría decirse que es el mayor símbolo del país del sol naciente, su monte Fuji (aunque ya puedo decir que tengo varias fotos por ahí preparadas). Pues hoy vengo a ponerle remedio a esto enseñándoos unas fotos que tomé cuando unos amigos vinieron de turisteo por los orientes. En una de sus escapadas, concretamente a Kamakura, me enganché con ellos y acabamos en Enoshima, desde donde están tomadas estas fotos. Además del lugar donde hay un mirador muy propio para parejitas, que es desde donde están tomadas las tres primeras fotos, nos aventuramos a seguir un caminito que no sabíamos muy bien hacia donde llegaba o si tenía salida, y al final acabamos en la playa, con una vista mucho mejor, pero demasiado tarde. Aún así, hice una y solo una foto, que es la siguiente. Un poco tarde para la mejor luz, pero buenas vistas :) Si algún día vuelvo a esta isla,

Shin Edogawa Kôen

Hace tiempo que os quería enseñar fotos del parque que hay cerca de aquí, así que hoy os enseño unas fotos que hice el mismo día del reto rojo en un parque llamado Shin Edogawa Kôen. En Tôkyô me he dado cuenta que por mucha gran urbe que sea, por muy altos que lleguen sus rascacielos y por mucha jungla de asfalto que haya; en todos los barrios hay parques. Y que yo recuerde, esta estructura de zonas verdes no la hay en España, o al menos en los lugares que recuerdo y de la misma manera que está planteada aquí. Además de la zona verde que crea este parque (parque que puede tener, perfectamente, unos 500 metros cuadrados –así a ojímetro–), a menos de diez minutos andando de aquí, al lado de la Universidad de Waseda, ya hay otro parque que diría que es más grande y frondoso incluso que éste. Si a esto le sumamos las zonas reservadas para templos shintoístas y budistas, uno se da cuenta de que Tokyo no es tan mala ciudad para vivir en este aspecto, pues cuenta con muchos descansos de edificios grandes y aglomeraciones ;) Los que me tengan en Facebook ya se

Destino

El otro día me dio por pensar… ¿Cuántas de las decisiones que has tomado en la vida las has hecho conscientemente? ¿Has llegado a tu situación actual porque la querías de verdad, o simplemente porque así se han dado las circunstancias? ¿Cuánto control tenemos realmente de nuestra vida? Generalmente vivimos el día a día, se convierte en rutina y lo aceptamos. Pocas son las decisiones que de verdad hay que tener en cuenta. Al final, de todas las decisiones del día a día, pocas tienen importancia. ¿Qué cómo? ¿Qué bebo? ¿Hago esto ahora o hago esto luego? Pero al igual que estas decisiones pueden darnos un estado de libertad limitada, otras decisiones que pueden parecer sin importancia pueden cambiar tu vida para siempre. Como ejemplo, voy a echar mano del no pocas veces recurrido efecto mariposa: Conoces a una persona del día a día. No la ves mucho. No te cae mal, de vez en cuando cambias algunas palabras pero nada del otro mundo. Un día te invita a quedar con otros amigos. ¿Qué haces? Si no vas, pones una excusa y ahí se acaba la historia. Si vas, lo mismo te lo pasas genial y conoces a un montón