Después de una larga caminata y un intenso día de frío en la sierra de las Alpujarras, que mejor que terminar la tarde con un té calentito en buena compañía. La tetería estaba en el pueblo de Bubión, y se llamaba Nómadas, muy apropiado ;) Fue mi primera toma de contacto con el Canon EF 50mm f/1.4 USM y la verdad es que me gustó mucho. Este objetivo tiene la gracia de tener una apertura enorme (2 pasos más del 2.8 al que estoy acostumbrado), con lo cual con una ISO un poco alta (en este caso era ISO 400, nada del otro mundo) se pueden hacer fotos prácticamente en interiores y situaciones de poca luminosidad, sin usar el flash. Además, esta apertura conlleva una profundidad de campo muy pequeña, con lo que se consigue un bokeh impresionante y como todo el mundo que me conoce sabe, me encanta. Lo siguiente que me gustaría antes de hacerme con uno, es probar el análogo de Sigma, que al ser mucho más nuevo, según los análisis que he visto en todos los sitios, es mejor que el de Canon, aunque también más grande, pesado y caro. Aun así, he leído rumores de