Curso de sushi avanzado

El jueves de la semana pasada tuve la oportunidad de asistir como fotógrafo al primer curso avanzado de sushi de sashimi y niguiri que organizaba comerjapones.com para realizar un pequeño reportaje fotográfico.

Cuando llegué, algo más de una hora antes de que empezase el curso, estaban preparando el okonomiyaki (tortilla japonesa) con la que se haría el sushi de tortilla.

Esta tortilla ya tenía buena pinta por si sola (y estar estaba buena).

Aquí un pequeño detalle del cuchillo que usarían los asistentes en el espacio de trabajo. Usar grandes aperturas es genial para realizar desenfoques selectivos y fijarnos en pequeños detalles, como los kanjis de la hoja del cuchillo.

Aquí ya estaban los asistentes antes de iniciar el curso, y el ikura (huevas de salmón) preparado para ponérselo luego al sushi.

La pobre caballa antes de ser descuartizada :D

Aquí están los asistentes en plena faena. Con las gambas ya preparadas para colocarlas sobre el arroz y fileteando la caballa.

Diego, el cocinero Valenciano experto en sushi, cociendo las gambas ante la atenta mirada de los alumnos.

Un alumno preparando sushi de huevas de salmón. Muy rico pero muy caro también!

Al final, todos se llevaron su bento (caja de comida para llevar) con el sushi que habían preparado, y algunas salsas de soja para probar.

Para cubrir el evento me llevé varios objetivos: 16-35, 50mm y 24-70. Al final el 24-70, que me lo llevé por ser macro (para las fotos de comida) terminé por no usarlo y opté por tirar de la gran apertura del 50mm, ya que en la fotografía de interiores generalmente uno no tiene demasiada luz. Otra ventaja de usar aperturas grandes son los desenfoques. No sólo porque me guste mucho, que es verdad, sino también para que el fondo no distraiga del sujeto principal, ya que en este tipo de fotos, suele abundar la gente y muchos objetos en el fondo  de las fotos. La parte negativa es el enfocar bien lo que quieres ya que suele estar en movimiento, y que la foto sale suavita, o lo que es lo mismo, menos nítida que con otras aperturas inferiores.

También me llevé varios flashes. Primero, para usar una softbox de 60×60 cm que usé como iluminación trasera en las fotos de comida (la foto de cabecera y la primera de la tortilla), y después para tenerlo sobre la cámara por si me hacía falta. Como siempre, preferí por no usar los flashes y dejar la iluminación ambiental, que siempre me gusta más.

Lo único que no me gustó de las luces del lugar es que, la cocina tenía focos apuntando hacia abajo, lo que hacía que cualquier cosa que recibiese esa luz saldría quemada, como las cajitas de sushi de esta última foto.

Al final en las 5-6 horas que estuve haciendo fotos, hice unas 400 de las cuales 200 se quedaron bastante bien, por lo que el resultado creo que fue bastante bueno. Aquí he puesto una selección rápida que he hecho, y todas las que he subido (que no son todas las que tengo, menos mal xD) las podeis ver en la galería, como es habitual.