Nakano

Un amigo me dijo una vez que Nakano era el mejor lugar para vivir en Tokyo. Y yo, a falta de una mejor experiencia con la que rebatir esa afirmación, coincido con él.

Por supuesto, te tiene que gustar este tipo de zonas, pero es un barrio donde tienes de todo, tanto para disfrutar como para llevar una vida cómoda en el día a día.

Tiene un shotengai o calle comercial, un centro comercial de 4 pisos al más puro estilo Akihabara, un parque genial con terracitas donde quedar con los amigos, comer o incluso hacer barbacoas; piscina pública, sakuras, karaokes, maid cafes, varios supermercados, conbinis y todo tipo de tiendas, incluyendo un Don Quijote. Y mi parte preferida, la calle de los izakayas.

Nakano

Desde hace bastante, prácticamente desde casi que me mudé a este barrio hace ya más de un año, tenía ganas de hacer fotos nocturnas de esta calle de los izakayas. Básicamente porque tiene la atmósfera que siempre busco en Japón, con calles iluminadas con neones, al más puro estilo Shinjuku pero mucho más acogedor, con bares abiertos, humos de comidas cocinadas a la plancha, transitadas por gente con la mentalidad de pasárselo bien antes de volver a casa en el último tren –o ser batidos por el alcohol en el intento-.

Ya lo intenté una vez, tomar fotos, incluso con un 85mm. f/1.2L y no me gustó el resultado, oscuro, con mucha gente y sin la atmósfera que yo buscaba a pesar de tener el mejor desenfoque que iba a poder conseguir con ningún objetivo. Por eso, cuando llegué este día a casa a la 1 de la mañana y estaba chispeando, al ver que no era una lluvia fuerte pero lo suficientemente buena como para que el suelo reflejase los neones de las calles (¿no os habéis fijado nunca que en todas las películas americanas acaba de llover en las escenas nocturnas?), no dudé ni un segundo en coger la cámara y volver a la calle. Sin paraguas, que luego estorba.

Nakano

Poco más voy a hablar sobre el barrio, aquí os dejo las fotos de esa noche. Son de un estilo que a mí me encanta y, aunque estás están procesadas rápidamente en Light Room, tengo por ahí un proyecto personal empezado con algunas fotos algo más curradas (sin publicar aún) que, si os gustan este estilo a vosotros también, os recomiendo echarle un vistazo. Ya avisaré.

Aquí quedan las fotos, pero una de las noches más memorables en mi barrio no hacía más que empezar. Para muchos sería una noche aburrida, pero a mí me dejó un gran recuerdo que se quedará conmigo.

Nakano

La vida en Tokyo puede (y suele) definirse como rápida y fría. Cada persona está en su mundo y va cumpliendo su horario, sin tiempo para nada. Pero todo esto cambia cuando salen de trabajar y empiezan a divertirse. Imagino que como en cualquier gran ciudad.

Total que la noche empieza entrando en las calles estas y tras andar unos 10 metros, saliendo de un conbini me cruzo con una chica con la mirada perdida que, aún lloviendo un poco, va a coger la bici (aunque no soy el mejor para hablar, con la 5D2+50mm. y sin paraguas) y cuando se está montando se cae de lado, bici incluída. Bien chica, bien.

Nakano

Me echo la cámara al lado y la ayudo a levantarse de su borrachera. No es muy común en la cultura japonesa esto del skinship, pero se levanta apoyándose medio abrazada dándome las gracias […] llega otra persona que iba con ella. Me agradece ayude a su amiga, hablamos un poco.

– どこの方ですか? (de dónde eres?)
– スペイン人です。 (soy español)
– Aaaah! Muchas gracias.
– Hablas español?
– いやいや、挨拶ぐらい。 (que va, solo algunas palabras)

Nakano

Los acompaño un poco hablando y dejo que se marchen bajo la lluvia. Yo voy a mi siguiente parada, calles de colores.

En estas calles de izakayas hay también bastantes clubes o bares de chicas (donde pagas por beber con ellas – nada más. El pagafantismo comercializado, vamos). Me acerco a la entrada de un bar de bunny girls donde siempre hay un tío con orejas de conejo que puede ser interesante para la foto, y cuando me pongo en posición de capturar la imagen el tipo se pone a hacer el tonto para salir en la foto. -Genial- pienso.

Nakano

Pero antes de poder hacer la foto me saltan otros dos que quieren salir. Ganas de fiesta y cachondeo a estas horas de la noche por lo que se ve.

Yo continuo con mis fotos, moviéndome de calle en calle buscando tomas que me gusten, mientras recibo miradas extrañas. Al fin y al cabo no es lo normal ver a un extranjero bajo la lluvia sin paraguas tomando fotos en una hora en la que ya no hay trenes.

Nakano

En una calle más tranquila, acercándome a la calle Showa (la era Showa es el periodo del reinado del emperador Hirohito, que va desde 1926 hasta 1989 y esta calle mantiene la estética de esta época), dos hombres de mediana edad se me acercan y también empiezan a hablarme al verme haciendo fotos de calles que, en principio, no tienen ningún interes turístico.

– ¿Qué haces aquí a estas horas tomando fotos?
– Vivo aquí :) me gusta mi barrio y la fotografía es mi hobby
– Oh! hahaha. Pues sacanos guapos eh? A nosotros y nuestro barrio!

Nakano

En todas estas interacciones, hay dos puntos que me gustaron bastante. El primero es, el hecho de que desconocidos empiecen a hablarme sin motivo alguno, sin importar que siempre seré un extranjero, un extraño para ellos. El segundo, es que aún siendo un extranjero, me empiezan a hablar en completo japonés, al contrario de lo que pasaría normalmente.

Al final lo que está claro es que la cultura del nomunication japonés (nomu: beber + communication) funciona en Japón, y que yo me pude llevar una buena experiencia y anécdota. Quizás light para vosotros, pero a mi me alegró la noche, aunque me dejase con ganas de más.