Ofrendas budistas

Estas fotos están tomadas en la stupa budista de Benalmádena, junto a las otras que fotografié aquel día. Son algunos de los detalles que capté del altar budista que hay en el interior del templo, centrándome en la torre dorada de arroz. La verdad es que no sé mucho de este tipo de cultura y no sabría decir qué representa cada cosa. ¿Algun experto en budismo en la sala? ;) También me gustó la textura del manto que recubre el altar, así que llené el encuadre con él, y añadí la torre de arroz a la composición para crear algo de contraste. Esta otra foto, la tuve que hacer utilizando el live view de la cámara para encuadrar y enfocar, ya que estaba pegada al suelo. ¿Quién dijo que el live view no es útil? Aún así, ahora que la veo, habría cambiado un poco el encuadre… pero los colores me encantan :D (que por cierto, se ven más apagados en el blog que en un visor de imágenes U_U… ¿será por la compresión que hace wordpress al guardarlas?)

Fotografiando monumentos

El otro día me pedían por twitter que escribiese un poco acerca de cómo fotografiar monumentos. No importaba que fuesen de nuestra propia ciudad o de otra a la que vamos de viaje. Ni corto ni perezoso como dije en el post de ayer cogí y me fui a hacerle fotos a la stupa (templo budista) que veis. Y tal y como dije, fui justamente a la hora del atardecer. Como es bien sabido, en la fotografía hay sólo dos horas al día en la que hay buena iluminación. Una es al amanecer, y otra, al atardecer. El resto del tiempo, nos tenemos que conformar con lo que hay ;) La hora que a mi me interesaba era la llamada hora dorada, donde podemos captar una luz muy lateral/frontal ya que el sol está muy bajo, lo que hace que cree sombras muy pronunciadas e interesantes que resaltan muy bien los detalles. Además, el color de la luz que da a estas horas es muy anaranjado (de ahí el nombre de la hora dorada) y potencia es baja, con lo que aunque la luz le de de frente al sujeto, no lo ilumina demasiado, evitando zonas quemadas. La mayoría de los

Atardecer en Benalmádena

Siempre que pasaba con el coche por cierto sitio, me fijaba y pensaba que desde ahí se tendrían que capturar amaneceres y atardeceres bonitos. El otro día, me puse las pilas y sin casi organizarlo me levanté de mi silla y dije… «si me voy ya, llego para la hora del atardecer«. Los días anteriores había estado lloviendo, por lo que esperaba que hubiesen algunas nubes que dotasen al cielo de alguna textura buena. Parece que iba a ser una buena foto. Pues no. No todo sale siempre como queremos. Por mucho que lloviese los días anteriores, no había ni una nube en el cielo… así que esto es todo lo que obtuve. La conclusión es que, por mucho que te prepares, puede que no obtengas la foto que quieres, pero si no vas, seguro que no tendrás ninguna. Pero ahí estaba yo, en el mirador, con mi trípode y mi mochila de afotar, congelándome las manos con el viento frío hasta que me doliesen los dedos… Si eres fotógrafo de viajes, tienes que aprovechar cada minuto para estar en el lugar correcto y tomar las fotos que puedas, y aún así, puede que vuelvas a casa con las manos