Boda en el templo Zenkôji

Un día cualquiera me dio un arrebato que ya contaré y me fui de la noche a la mañana a Nagano. Mi primera parada fue uno de los templos más grandes de la ciudad, si no el que más, que me pillaba de camino a mi objetivo principal del día, y cuando lo estaba visitando, desde la entrada principal, me encontré con esta estampa. Algunos me habían dicho que podía ser la celebración de la mayoría de edad, pero por el tipo de kimono de ella (furisode) y de él, yo diría casi con seguridad que se trataba de la sesión de fotos de una boda. Esta pareja se habría casado recientemente y estaban haciéndose fotografías de recuerdo como aquellas que hice yo por aquí hace ya unos 2 años (si no, no reconocería los tipos de kimono, si soy sincero). Paseaban por el templo más ilustre de la ciudad con el fotógrafo y sus ayudantes, y yo aprovechaba para robar estas imágenes que comparto con vosotros. Y esto fue el principio de un mini viaje que me pegué, aprovechando que me pillé un entre semana y pude ver lugares sin tanta multitud como suele haber los fines de semana. Y aún así, en la segunda

Tanabata 七夕

Tanabata (七夕) es el nombre japonés para la festividad de las estrellas que deriva del Qi Xi celebrado en China, que significa noche de los siete (haciendo referencia al séptimo mes del calendario lunar). Cuenta la leyenda, que Orihime (織姫, Vega) era la Princesa Tejedora, hija del Rey Celestial (天帝, Tentei) y tejía para su padre telas a la orilla del río Amanogawa (天の川, la Vía Láctea). Debido a su trabajo la princesa no podía conocer a nadie de quien enamorarse por ello estaba siempre triste. Su padre, preocupado por el bienestar de Orihime, concertó un encuentro entre ella y Hikoboshi (彦星, Altair), un pastor que vivía al otro lado del río Amanogawa. Nada más conocerse se enamoraron profundamente y se casaron. Pero una vez casados, ella comenzó a descuidar sus tareas de tejer y Hikoboshi no le prestaba la atención suficiente a su ganado, el cual acabó desperdigado por el cielo. Esto enfureció al Rey Celestial y separó a los amantes como castigo, cada uno a cada lado del río Amanogawa, prohibiendo que se vieran. Orihime, desesperada por la pérdida de su marido, pidió a su padre el poder verse una vez más, el cual accedió conmovido por sus lágrimas. El séptimo día del séptimo

La lonja de Tokyo: Tsukiji – 築地

Tsukiji, la famosa lonja de Tokyo. Tiene sus orígenes en la lonja establecida por Tokugawa Ieyasu en Nihonbashi durante el periodo Edo para abastecer de pescado al castillo de Edo (el nombre antiguo de Tokyo). Ésta, fue prácticamente devastada en el Gran Terremoto de Kanto que tuvo lugar el 1 de Septiembre de 1923, y consecuentemente realocada en su actual lugar, el distrito de Tsukiji. Cuenta la leyenda de que hay que madrugar muchísimo para poder verla. Y es verdad, pero solo en parte. Tan solo si queremos ver las subastas, que empiezan sobre las 5:20 tendremos que estar allí, como muy tarde, antes de las 4 de la mañana para coger sitio (mejor llegar sobre las 3:30 diría yo…), pues las plazas son limitadas (unas 100 personas dividas en dos grupos) y asignadas en orden de llegada. Si sumamos el hecho de que no hay transporte por la noche (siempre podemos coger un taxi, pero no será barato), lo mejor que se puede hacer es ir en el último tren hasta la estación más cercana y pasar unas horas durmiendo en un manga-café o empalmar en un Karaoke depsues de una noche de diversión. Nosotros optamos por la primera opción, esperando que

Fukuro cafe

Hace un tiempo en Japón se pusieron de moda los neko cafe (猫カフェ), cafeterías donde puedes pasar el tiempo rodeado de y jugando con gatos. De hecho, son bastantes famosos fuera de Japón y prácticamente todo el mundo ha visto algo de estos lugares por internet. Sin ir más lejos, hay un neko cafe incluso en Madrid. Pero lo que la gente no suele conocer es que hay más cosas por el estilo en Japón, que no tiene por qué estar relacionado con los gatos y, en esta ocasión, os voy a hablar de los Fukuro Cafes, o cafés de búhos. Al igual que los neko cafes, es un lugar donde se puede estar tomando algo rodeado de búhos. Obviamente un búho no es igual que un gato, y en este caso, las zonas de consumición y de recreo están en habitaciones separadas, por motivos de seguridad e higiene sobre todo. La mecánica es bien fácil, aunque puede variar según el local. Se paga por tiempo, generalmente 30 minutos o 1 hora, en el que puedes hacer lo que quieras. En este caso estaba incluida una consumición y excepto unos 5 o 10 minutos que tuvimos que esperar al principio para descanso de los animales, puedes distribuir tu tiempo como

Nakano Nights

Un amigo me dijo una vez que Nakano era el mejor lugar para vivir en Tokyo. Y yo, a falta de una mejor experiencia con la que rebatir esa afirmación, coincido con él. Por supuesto, te tiene que gustar este tipo de zonas, pero es un barrio donde tienes de todo, tanto para disfrutar como para llevar una vida cómoda en el día a día. Tiene un shotengai o calle comercial, un centro comercial de 4 pisos al más puro estilo Akihabara, un parque genial con terracitas donde quedar con los amigos, comer o incluso hacer barbacoas; piscina pública, sakuras, karaokes, maid cafes, varios supermercados, conbinis y todo tipo de tiendas, incluyendo un Don Quijote. Y mi parte preferida, la calle de los izakayas. Desde hace bastante, prácticamente desde casi que me mudé a este barrio hace ya más de un año, tenía ganas de hacer fotos nocturnas de esta calle de los izakayas. Básicamente porque tiene la atmósfera que siempre busco en Japón, con calles iluminadas con neones, al más puro estilo Shinjuku pero mucho más acogedor, con bares abiertos, humos de comidas cocinadas a la plancha, transitadas por gente con la mentalidad de pasárselo bien antes de volver a casa en el último tren –o ser batidos por

Sugamo 巣鴨

Sugamo es un barrio de Tokyo conocido como el Harajuku de las abuelas. Y por si no lo sabes, Harajuku es donde se dice que se origina la moda en Tokyo. Sin embargo es un barrio bastante normal, compuesto por su shôtengai o calle comercial, cerrada al tráfico en fin de semana como se puede apreciar en estas imágenes. Una de las cosas que más me llamó mucho la atención fue el hecho de haber mesas en mitad de la calle por donde pasa todo el mundo, donde la gente se sentaba a tomar algo (no de los bares) o a descansar, y que me recordaba un poco al ambiente de España en algunos barrios. Como he dicho, lo que más nos encontraremos será gente mayor en esta calle, mirando sobre todo las múltiples (aunque curiosamente no le hice foto con la cámara) tiendas de ropa interior roja que hay. Sí, tiendas exclusivamente dedicada a ropa interior roja, de todo tipo, pero roja. Si te falta una prenda para el próximo año nuevo ya sabes donde puedes venir :) Pero el motivo que me hizo venir a este barrio fue el oír de la existencia de un poquito de ambiente Showa que

Kyûdô

El kyûdô (弓道 – literalmente camino del arco) es un arte marcial japonés que en occidente traduciríamos como arquería y que generalmente se vería como un deporte, pero que en su práctica es mucho más. Su objetivo principal es alcanzar el llamado seisha seichû (正射正中) o el golpe perfecto a través del tiro correcto. Es más un objetivo espiritual para conseguir acertar el objetivo con la flecha cuando el espiritu y el balance del tiro son correctos. Se practica con el yumi (弓) o arco japonés, el cual suele ser más alto que su portador, alcanzando los 2 metros aproximadamente. Tradicionalmente suele estar hecho de bambú, madera y piel, aunque muchas veces los principiantes usan arcos sintéticos. La flecha (矢 – ya), está hecha de bambú (aunque de nuevo a veces se usan sintéticas, especialmente por ser más resistentes) y estaban emplumadas con plumas de halcón o águila, pero ahora se usan plumas de pavos y cisnes, para proteger las aves en peligro de extinción. Existen flechas masculinas (hayaya) y femeninas (otoya). No es porque estén hechas con plumas de aves de un sexo u otro, sino que son del ala izquierda o derecha, y lo más curioso es que las masculinas, que son

Hiwatari matsuri

Hace dos semanas, se celebró como todos los años en el monte Takao el Hiwatari Matsuri (火渡り祭り), que no significa otra cosa que el Festival de cruzar el fuego. Creo que lo mejor para explicarlo es decir que es un evento parecido a San Juan en España. A diferencia de la fiesta española de San Juan, este festival tiene una pauta predeterminada. Se comienza con unos rezos de protección donde se pide por la paz del mundo, por la seguridad de la familia, para los accidentes de tráfico, saludo, etc. a través de cánticos budistas… …y se sigue con una actuación de armas a modo de espectáculo de ofrenda a los dioses, continuado de 4 flechas lanzadas a las cuatro esquinas del recinto (que como se ven, están protegidas y además son lanzadas muy flojas), a modo simbólico. Como es usual en Japón, los patrocinadores (empresas y particulares que donan dinero al templo para conseguir la gracia del Dios de turno) poseen tablillas con su nombre, que se colocan alrededor del montículo de hierbas que se va a quemar, y antes de ello, se leen todos sus nombres. Una vez terminan todos los preparativos, se enciende el fuego, que durará entre 10 ó 15 minutos antes